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La historia del soldado

Un poema actuado, bailado y narrado

“… Que el juego del prestidigitador conduzca al espectador hacia su encantamiento, se debe en primer lugar a Rolf Kindermann como relator. Él realiza a lo largo de 80 minutos todos los diálogos consigo mismo. Su voz halaga, se enfada y ordena, suena alternativamente cínica y poco inteligente, estridente y cálida. Para ello Matthias Dietrich crea figuras que parecen tan vivas, que a ellas se les puede ver brillar en todo momento la muerte desde sus ojos…”

Ursula Pfennig, Westfälischer Anzeiger, 29 de mayo de 1998


“Por primera vez Daniel Goldin se arriesgó a utilizar como base, en Münster, un texto teatral ya existente: “La historia del soldado” de Ramuz y Strawinsky… De una manera distinta como hace poco realizó el director de ópera Günter Krämer en Colonia, el argentino no traslada... la leyenda a nuestro tiempo. En un sentido más amplio globaliza la tragedia de guerra y paz. ¡Todo lo que la guerra puede hacer a los hombres! ¡Cómo los cambia, cómo les quita todo lo más querido y los amores! Cómo aún con malicia e insidiosamente los puede destruir, cuando nuevamente se sienten seguros ‘en paz’… Esto pasa por todas partes…”

Marieluise Jeitschko, Tanz Affiche, Julio de 1998


“…Casi autoritariamente comanda la obra el relator (Rolf Kindermann), vestido con un frac circense de color bordeaux. Recién a partir de su orden el director de orquesta les da a los músicos su señal. Él recita no solo los textos, en los que relata el argumento y cómo se va desarrollando, sino también con voces impostadas ejecuta todos los diálogos:…
Sin embargo las dos figuras más importantes de la obra, el soldado y el diablo, no existen como seres humanos sino como muñecos, que son manipulados por los distintos intérpretes… A partir de la interacción entre personas y muñecos, Daniel Goldin gana un humor lacónico, una tensión refinada y fascinante…
Sin violentarla, con los agregados de este tipo mas una estricta separación de la música y las escenas teatrales muy disfrutadas, Daniel Goldin amplía la pequeña obra a una velada completa de hora y media de duración y cada momento del espectáculo es cautivante y entretenido: es el triunfo de un teatro musical refinado, sencillo y al mismo tiempo multimedia; es un triunfo para el compositor Strawinsky como también para el coreógrafo Goldin.”

Jochen Schmidt, Frankfurter Allgemeine Zeitung, 1 de julio de 1998


“ “La historia del soldado” de Igor Strawinsky y Charles F. Ramuz es una fábula y necesita ser relatado de manera sencilla. Está escrito para ‘entretener’ y exactamente de esta manera Daniel Goldin lo transporta al escenario, como una mezcla de danza-teatro y teatro de marionetas… La historia estrenada en 1918, se acomoda de una manera superficial en sí misma, al marco del mega tema Paz que ‘Münster - Ciudad de la Paz’ consagra por todas partes en conmemoración del 300 aniversario de la ‘Paz de Westfalia’, a pesar que el soldado, al final de la fábula, no convoca al diablo, porque él mismo es un soldado y no hubo paz. En realidad él vendió al diablo su alma, simbolizada a través de un pequeño violín, para cambiar riqueza por felicidad… En la ‘ilustración’ de la época moderna no se cree más en un final feliz. Pero de los ‘modernos’ son los medios que utiliza Goldin… siempre deja claro que se trata de una obra… A partir de que Goldin hace sus medios transparentes, logrando su propio punto de vista sobre la historia, logra engañar con los mismos medios también ‘ilustrados’ a la ‘moderna ilustración’ y su resistencia a no querer seguir creyendo en fábulas…”

Hanns Butterhof, Recklinghäuser Zeitung, 1998

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