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Hamletmaschine

Una velada de danza-teatro sobre una obra de Heiner Müller

“El coreógrafo Daniel Goldin se aproxima lentamente al complejo texto teatral de Heiner Müller. En este largo, sombrío inicio encuentra imágenes que conectan con la danza expresionista de los años veinte. Los cuadros grupales recuerdan danzas de Mary Wigman y Dore Hoyer, pero también un momento, cuando rostros pálidos como papel miran desde el paño que los cubre. Una vez que se llega al texto, lo trata con una sorprendente seguridad. El coreógrafo, que por primera vez utiliza como base un texto teatral para su trabajo, tiene una excelente intuición para el ritmo del texto de Müller… A partir del reparto del texto entre diversos actores, Goldin logra estructurar lógicamente la obra de Müller, que salta de una perspectiva a otra…La danza se subordina al lenguaje hablado, busca imágenes de estados de ánimo apocalípticos, que Müller entretejió entre sí en innumerables asociaciones durante su corto texto. Mientras que en la estricta y reducida primera parte lo logra brillantemente en la segunda, Goldin realiza a veces demasiado… Quizás fue muy fiel a las indicaciones de dirección de Müller, a las que sigue en su mayor parte…No obstante, en su totalidad deja una impresión positiva. Goldin logró a través de la unión de danza y teatro, que en pocos momentos se separan como dos cosas diferentes, que el difícil escenario apocalíptico se convierta en una experiencia sensorial que conmueve…En Münster se tendrá que pensar si en las próximas discusiones de recortes presupuestarios, se quiere poner a disposición nuevamente la existencia de un Tanztheater de esta calidad.”

Christina-Maria Purkert, Deutschlandfunk, Kultur heute, 12 de abril de 2003


“Daniel Goldin cuenta como uno de los pocos coreógrafos que trabajan en Alemania en los cuales su Tanztheater esta motivado políticamente. Y por eso le interesa mucho menos el asco por el mundo de Hamlet que el furor de Ofelia. Goldin diseña escenas grandiosas para la figura de Ofelia, repartida entre varias intérpretes: como ángel negro de la muerte se rebela con su cuerpo contra una violencia invisible y como prostituta vestida extravagantemente con pechos postizos se burla de las promesas de amor de Hamlet. Sorprendentemente el coreógrafo y el escenógrafo  Matthias Dietrich han realizado exactamente las complicadas instrucciones de Müller para la puesta en escena y han logrado un opulento teatro de imágenes. Un enorme barco de metal se parte por la mitad durante el espectáculo e inunda el escenario con objetos arrojados por el mar, hasta que finalmente en un complejo caos amenazan hundir a las personas. Y donde Müller apasionadamente practica el robo de citas, Goldin le opone un inteligente y calculado eclecticismo, cuando desde la pose de Marilyn Monroe hasta la canción de Kurt Weill, pasando por la asociación del film Apocalypse now, recorre la cultura del siglo XX…Goldin logra en su puesta en escena, que bailarines y actores actúen sin diferenciación uno al lado del otro. Mientras él deja declamar sin emoción los líricos y asociativos versos de Müller, se desahoga en la danza el dolor, el odio y la ilusión en las expresivas coreografías…Esta Máquina Hamlet es una pura experiencia sensorial y cada uno puede al final descifrar si representa  el apocalipsis o niega una chance a las utopías.”

Nicole Strecker, WDR 3, Mosaik, 14 de abril de 2003


“...Queda una impresión final de escenas fuertes e ingeniosas. Un rendimiento genial del Ensemble y del director Daniel Goldin.”

Ursula Pfennig, Westfälischer Anzeiger, 14 de abril de 2003


“Muy pocas veces es el teatro tan actual, como la magistral velada de danza-teatro de Daniel Goldin “Máquina Hamlet”, sobre la obra homónima de Heiner Müller. Finalmente Müller llegó a donde él quería llegar con sus “cinco escenas” después de años de análisis sobre Shakespeare: en el mundo de las imágenes del Tanztheater, con sus particulares escrituras de la atrocidad de lo inhumano, desde la antigüedad hasta hoy…Daniel Goldin logra virtuosamente imágenes sobre imágenes por cada palabra del breve texto de Müller, en el que está metida la concentrada y anónima rabia de la impotencia humana contra las maquinaciones de los poderosos. Una gran velada conmovedora.”

Marieluise Jeitschko, Die Welt, 15 de abril de 2003


“...una Premier, que no deja a nadie en el público intacto. El Ensemble del Tanztheater y seis actores pone la “Máquina Hamlet”  brillantemente en escena y de manera parcial insoportablemente intensiva. Daniel Goldin logró con excelencia dejar transitar de la una a la otra la actuación y la danza.”

Petra Faryn, Die Glocke, 15 de abril de 2003


“…Las ‘cinco escenas’ de Müller las traduce Goldin…en una legión de bellas y terribles escenas humanas…Aplaudido ininterrumpidamente…”

Marieluise Jeitschko, Gießener Allgemeine, 15 de abril de 2003


“Daniel Goldin coreografía la relación entre los actores de Hamlet y las demás figuras como una red, colocándola en muchas capas. Esto otorga dinámica en una obra, que muy frecuentemente en otros lugares es demasiado estática, cuando llega a quedarse solo en el lado sombrío…Goldin permanece cercano al texto, pero usa lo asociativo del original. Y él encuentra nuevas imágenes, un extravagante tango-combate a dos…”

Markus Termeer, taz ruhr, 17 de abril de 2003


“...una extravagante y grotesca galería de escenas, bailadas fascinantemente, con una alta entrega de todos los actores, hasta a veces también en escenas irónicas de catástrofe...”

Radio Antenne Münster 19 de abril de 2003


“…La “Máquina Hamlet” de Goldin, se denomina a sí misma como Danza-Teatro y toma seriamente esa denominación. Ninguno de los dos componentes domina al otro;  ninguno le mueve el piso al otro. El espectáculo conlleva todo el texto, para nada muy extenso. Pero Goldin alimenta el texto, y sobre todo en los espacios en blanco del mismo, con una fantasía escénica de danzas, teatro corporal y escenas coreográficas, de igual nivel que la fantasía literaria de Müller. Desde el principio se desarrolla la “Máquina Hamlet” como una revista macabra, con un equilibrio riesgoso entre chiste y cinismo, goce y asco, provocación y blasfemia - y afinadamente afilado como el hacha que una de las Ofelias, vestida con un traje Punk, toca lascivamente como una guitarra. La coreografía de Goldin, que en los momentos más animosos es un cruce de Pina Bausch y Johann Kresnik, contrasta paralelamente el orden de escenas grupales compactas con la anarquía de acciones de solistas. A partir del texto de Heiner Müller y la música introducida por Goldin y Thomas Wacker, se crea una obra de danza, compuesta por imágenes y danzas insinuantes y chocantes, que con esa brillantez y ese impulso maligno no se ha visto en esta temporada.”

Jochen Schmidt, Frankfurter Allgemeine Zeitung, 16 de abril de 2003


“La velada de Danza-Teatro de Münster, (por casualidad) estrenada dos días después de la caída de Bagdad, evidencia la actualidad del terrible breve texto de Müller. Genial es la conexión con citas del ballet antibélico “La mesa verde” de Kurt Joos - concebido hace 75 años en Münster. Goldin transforma el texto tartamudo de Hamlet en ‘cinco escenas’ de Heiner Müller, en un aluvión atiborrado de escenas de danzas teatrales, estridentes y tenebrosas, en una mezcla de Reality-Show televisivo y poesía. Los 16 intérpretes de los elencos de danza y actores dan vida con mucha pasión a las figuras de Shakespeare/Müller. Matthias Dietrich y Gaby Sogl (escenografía y vestuario) como los dramaturgos Sabine Dollnik (Tanztheater) y Horst Busch (Actores) alimentan aún más las vertiginosas asociaciones de este teatro universal.”

Marieluise Jeitschko, Die Deutsche Bühne, junio de 2003


“…Daniel Goldin se atrevió a la “Máquina Hamlet” de Heiner Müller con un elenco ampliado con colegas actores y con eso hizo un velada de Danza-Teatro. Áspera, como una herida abierta, a veces destripada, a veces llena de basura, se presenta la escenografía realizada por Matthias Dietrich. Goldin bosqueja con su “Máquina Hamlet” una revista apocalíptica de catástrofes, una robusta y sólida obra teatral, que en sus mejores momentos tiene algo de lo drástico y sorprendente del teatro itinerante y en las tonterías algo de la estridencia del bullicio del carnaval. Lúdicamente Goldin cita formas de la danza y el teatro político: el coro, que aquí nuevamente se transforma en un verdadero coro de movimiento; el teatro polaco; el panfletario Teatro Coreográfico de Johann Kresnik; la representación de las figuras femeninas de la danza-teatro.”

Katja Schneider, Tanzjournal, julio de 2003

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