©MatthiasZölle

In Öl und Nebel

 

 

“...la obra de Goldin se ensambla de manera fluida con su propia búsqueda como hijo de emigrantes judíos y es una obra maestra de arte. Por las cuantiosas reminiscencias a las pinturas de Nussbaum, merecen una mención especial el colaborador artístico, y también responsable de la escenografía, Matthias Dietrich como también la vestuarista Gaby Sogl…Daniel Goldin, el coreógrafo, le dedica con “In Öl und Nebel” (En óleo y niebla) un profundo y  conmovedor ‘monumento’ de danza-teatro a Felix Nussbaum, el pintor.”

Marieluise Jeitschko, Ballett-Journal/ Das Tanzarchiv, abril de 2002


“…La indefinición de las imágenes es aún en el primer momento un factor de confusión, pero la sugestiva fuerza de la danza y la selección de la banda de sonido, desde el “Kristallnacht” (La noche de los cristales rotos) de BAP, pasando por la música tradicional judía hasta la música clásica moderna, hacen que se conviertan en irresistibles… La sutil estilización de la ‘perdición’ que hace Goldin, es inconmensurable y conmovedora, mucho más que lo que podría haber sido el trabajar con verdadera utilería nazi: la amenaza política será visible solamente en el espejo del arte y de esta manera da la impresión de ser más increíble. En medio de la luz fría de la puesta en escena, hay también una isla de esperanza, en la que la pintura  aparece como consoladora y mensajera de un mundo mejor: ahí el escenario resplandece en un naranja mediterráneo, el ritmo se acelera y el elenco se une como en trance. Los bailarines de Münster entusiasman por su perfección técnica y por la armonía del movimiento, la coreografía de Goldin da la sensación, en algunos momentos, de ser casi clásica. A pesar que la obra no dura ni siquiera una hora y media, uno deja el teatro con la impresión de haber vivido una inmensa epopeya.”

Manuel Jennen, Münstersche Zeitung, 25 de febrero de 2002


“...Goldin logró algo especial en esta obra. A través de los cuadros del pintor, se acercó  a su vida y amplió el mundo de Nussbaum de una manera calidoscópica, sin caer en un realismo panfletario. Ningún símbolo nazi tiene que servir de excusa para remitir al período del nacionalsocialismo y las atrocidades del régimen. Las mágicas y poéticas, espeluznantes y bellas escenas de esta obra hablan por sí mismas y despiertan en el espectador el contexto político, sin necesidad de referencias concretas. En las pinturas (autobiográficas) de Nussbaum se pueden ver figuras en momentos alegres, tristes, grotescos, deprimentes, desesperados y felices. En el escenario tomarán vida. El pintor mismo, a través de diferentes intérpretes iguales a su autorretrato, está entretejido en las escenas. A veces aparece con una flor en la comisura de su boca, otras con el cuello levantado de su abrigo y con un sombrero, también en un emotivo dúo con su compañera o sino con un marco de un cuadro colgado al cuello o sostenido frente a su rostro - símbolos de su profesión y autorreflexión. Como en un acertijo, la obra cambia entre el mundo de las pinturas y las etapas en la vida de Nussbaum, entre escenas reales y surreales. “Aún cuando yo desaparezca, no dejen que mis cuadros se mueran, muéstrenlos a la gente.”, fue el deseo de Nussbaum a la posteridad. Goldin, conjuntamente con su maravilloso equipo, lo cumplió con la danza.”

Patricia Stöckemann, Tanzdrama, mayo/junio de 2002, Nro. 64


“…La nueva obra de danza-teatro de Daniel Goldin comenzó con una extensa visita al Museo Felix Nussbaum de Osnabrück, por parte del elenco de bailarines de Münster. Pues el argentino - descendiente de judíos de Galitzia - quiso describir el destino de los judíos alemanes…como una variante de su poética y melancólica ‘peregrinación’ de personas fugitivas y en la búsqueda de sí mismos. Esto lo ha logrado de una manera brillante. A pesar de ser efectivamente difícil de comprender, el público del estreno lo agradeció con largos minutos de aplausos y ovaciones de pie.”

Marieluise Jeitschko, Theater pur, abril de 2002


“...El director del Tanztheater de Münster añade otra contribución a la expresión de los sentimientos de duelo, con su obra “In Öl und Nebel“ (En óleo y niebla). La impresionante escenografía-“escenario” atrapa el simbólico surrealismo de Nussbaum: un islote de colchones gastados se convertirá en el símbolo del último refugio para los judíos europeos. En la última escena, el pintor se aferrará al torcido faro; en la escena inicial flotó colgado del techo por cuerdas. Después la señal: un último solo furioso mientras que, desde los bastidores, una mortal nube tóxica envuelve de humo a la víctima judía…”

Marieluise Jeitschko, Neue Osnabrücker Zeitung, 27 de febrero de 2002


“ “Aún cuando yo desaparezca, no dejen que mis cuadros se mueran”, dijo Nussbaum, “muéstrenlos a la gente”. Exactamente Goldin lo hace. Las figuras de “In Öl und Nebel” son pocas interpretaciones. Son en gran parte las figuras de Nussbaum. Y eso es lo grotesco, lo irritante, son especialmente los gestos de los cuadros de Nussbaum de la desesperación, del terror, de la soledad, del escuchar temerosamente o del silencio que dominan como elementos dancísticos. Gestos que también se presentan de manera natural en el estilo de Goldin, de la asidua cámara lenta entre ‘sueño y trauma’, de la profunda melancolía. Al mismo tiempo, pareciera que Goldin quiso evitar, en cierto sentido, expropiar los cuadros de Felix Nussbaum. La orientación hacia el lenguaje de los cuadros de Nussbaum es uno de los puntos fuertes de la puesta en escena…”

Marcus Termeer, Taz nrw, 7 de marzo de 2002


“...La obra de danza-teatro combina con movimientos, los elementos que hacen evidente la situación sin salida de Nussbaum, pero transmitiendo también la atmósfera distendida de los años 30. Entre pasos de comedia y espeluznantes danzas macabras se crean escenas grotescas. Así, se pavonea el travesti con tacos altos - con una gruesa horca colgada al cuello y atada a un organillo, y la muerte…sonríe amablemente. Los límites se desplazan entre amigos, simpatizantes y denunciantes. En la escena final, la montaña de colchones flota elevándose con todos arriba, salvo con el pintor: el mundo se aleja de Nussbaum, no al contrario…Goldin toca todos los registros de la danza-teatro y logra escenas insistentes. Pero queda una sensación mala, cuando en contraluz ángeles de la muerte pescan víctimas y sobre el holocausto se extienden velos de niebla. Un calvario, sin salida, momentos de tormento. Con-pasión se expondrá y se provoca. A pesar de todo, ¿qué nos dice hoy?”

Ursula Pfennig, Westfälischer Anzeiger, 25 de febrero de 2002

ˆ hacia arriba