©MatthiasZölle

besloten hofjes

“La escenografía muestra un idilio de fantasía, como si se mirara en un cuadro naif de pintura medieval: delante de un cielo iluminado de colores pastel se eleva una construcción de forma rocosa, en el fondo de la escena, mitad castillo, mitad gruta, que lentamente cobra vida. Los bailarines se escurren alrededor de ella como extrañas figuras de cuentos de hadas. Una intérprete cubierta con un velo adorna con flores la roca gris. Un bailarín ondea los brazos como un pelícano. Otro escupe un chorro de agua como si fuera una fuente en forma de delfín y una bailarina que tiene su torso desnudo cubierto con talco de color canela, deja caer sobre el suelo un delicado polvo con cada movimiento. Se descubre aquí un mundo enigmático, de la mística popular y grotesco al mismo tiempo… Solamente en pocos momentos las imágenes que Goldin crea con su Ensemble de 9 bailarines, hacen recordar a procesiones, estatuas de santos y piedras preciosas, al arte y culto en torno al relicario. Su tema real es mucho más que un esbozo del medioevo, librado de todos los clichés: ningún estruendo caballeresco, ninguna caza de brujas, tortura, inquisición, y tampoco conforman la imagen medieval de Goldin ningún amor cortesano ni bromas de arlequines. El coreógrafo, apoyándose en la fuerte influencia árabe de esa época del período oscuro-romántico, muestra en su lugar una fábula de las mil y una noches… Con tonos bizantinos y gregorianos, pero también con canciones de Carmina Burana y música tradicional de Galicia e India, una rueda de delicadas danzas  compuestas por solos, o formaciones de pares o tríos. Especialmente bellos son los cuidadosos dúos. El contacto entre los bailarines tiene una ternura, como si cada uno estuviera recubierto por una funda invisible, una especie de aura vulnerable que solamente se puede rodear y tocar muy cuidadosamente… Al final planean lentejuelas doradas como lluvia relampagueante desde el cielorraso del escenario. Los bailarines inclinan las cabezas y dejan caer los brazos como si quisieran dormir de pie como flores en la noche. Es como observar el lento retorno del tranquilidad luego de la agitación a través de una bola reflectante kitsch. Es bello y relajante como toda la velada en Münster, pero el idilio es también un poco irónico.”

Nicole Strecker, WDR 5 Scala, 6 de junio de 2005


“Daniel Goldin dedica su nueva producción “besloten hofjes” (jardines cerrados) a los dos fastuosos relicarios en el convento de los cruzados Bentlage en Rheine. Las tiras relampagueantes que llueven sobre los bailarines desde el cielorraso del escenario, se quedan pegadas sobre los cuerpos transpirados. Con flores en las manos, miran los seis hombres y las tres mujeres piadosamente sonriendo hacia el público. Una naturaleza muerta, una imagen brillante de tiempos remotos. Se quiebran, van hacia el suelo en cámara lenta, las flores se caen de sus manos. Un símbolo de vida y de muerte, florecer y desaparecer… Goldin carga con cautela su coreografía, mayormente compuesta por solo, dúos, tríos y descollantes escenas grupales, con simbología… Como en los cuadros de Jan van Eyck, las figuras están recubiertas por una tenue claridad, que le otorgan espiritualidad. La grandiosa iluminación de Reinhard Hubert es lo que le da a la obra de danza amaneceres, anocheceres escarlatas o la frialdad azul y conjuntamente con la música le otorgan estructura. “besloten hofjes” es una joya llena de serenidad religiosa y gracia.”

Bettina Trouwborst, Westdeutsche Zeitung, 7 de junio de 2005


“El sábado por la noche “besloten hofjes” (jardines cerrados) celebró un estreno muy ovacionado. Acompañado con música medieval, por momentos con música sacra europea y popular de Galicia y la India, el elenco del Tanztheater muestra una fascinante, heterogénea y concentrada interpretación… Dúos sensuales, casi una entrega extática y danzas potentes con alegría se unen con un efecto visual muy fuerte. Goldin logra crea en “besloten hofjes”, a partir de muchas sensaciones por separado, una potente y expresiva idea general... Se logra sobre el escenario una pintura embriagadora compuesta por sonidos, danza e imágenes, que cautiva al espectador desde el primer y hasta el último minuto.”

Petra Faryn, Die Glocke, 7 de junio de 2005


“En la Gran Sala del Teatro Municipal de Münster Daniel Goldin logró ganar con su nueva producción “besloten hofjes” (jardines cerrados) el aplauso del público. No sin sentido del humor, él rastrea junto con su elenco de nueve intérpretes el espíritu de la veneración de las reliquias en el medioevo… Goldin encuentra, muy frecuentemente, cuadros visualmente muy convincentes, que son apoyados a través de la acertada iluminación de Reinhard Hubert y con el brillo sedoso del vestuario colorido de Gaby Sogl. A pesar de que en muchas partes prevalece la seriedad, que es lo que corresponde a la fe de la mayoría de los que realizaron en los conventos este tipo de ‘jardincitos paradisíacos’ - a más tardar cuando nieva sobre el escenario  papeles dorados de aluminio y todo lo sucedido se transforma intencionadamente en la imagen de una bola de cristal con nieve, Daniel Goldin muestra algo de humor. Hubo muchos ‘bravos’ y aplausos de entusiasmo por parte del público.”

Hanns Butterhof, Recklinghäuser Zeitung, 7 de junio de 2005


“… Como “jardincitos del paraíso” fueron renombrados cariñosamente los relicarios medievales de Flandes… Ellos inspiraron a Daniel Goldin y a su Ensemble para la nueva obra que emociona profundamente. El respeto y el agradecimiento que se sintió durante el aplauso final en el Teatro de Münster, se puede vivenciar en un teatro alemán como máximo en Mainz con Martin Schläpfer o en Wuppertal con Pina Bausch.”

Marieluise Jeitschko, Gießener Allgemeine, 7 de junio de 2005

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